Los cuatro mitos que llevan a una empresa a no contratar servicios profesionales para corregir sus textos importantes

Los cuatro mitos que llevan a una empresa a no contratar servicios profesionales para corregir sus textos importantes

 

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Marcas de corrección de un texto

Cometer un fallo ortográfico o gramatical en público puede ser muy humillante, y si es en el ámbito laboral, peor aún. Al menos queda como lección el dejar ciertas labores en manos de expertos correctores de textos.

 

Imaginemos una presentación superimportante. Más que importante: vital. Y la hemos preparado con esmero pero no somos infalibles, y ahí está, esa falta de ortografía horrible que nunca viste y que todos están leyendo… ¿No hubiera sido mejor que un corrector hiciese la última revisión?

 

Si bien la labor editorial está tradicionalmente vinculada a lo literario o periodístico, su alcance actual es mucho mayor. Las empresas de distintos tamaños y rubros se han acercado al mundo de las letras y de las comunicaciones, y para eso la ayuda de un especialista es fundamental.

 

¿Cuál es la importancia de contratar los servicios de un corrector de textos? La mayor de todas: evitas al máximo la posibilidad de quedar mal (también puedes decirle «humillación»). Los correctores son personas y también se equivocan, pero cuentan con habilidades y entrenamientos para disminuir este factor casi por completo.

 

Además, el experto puede dar una perspectiva externa y editorial de cómo se articulan los textos y tiene una visión desde el punto de vista del lector, que permite que la voz que quiere comunicar la empresa (o la institución o el particular) sea emitida de la forma más nítida hacia el destinatario final.

 

 

Y ahora, lo prometido: hay cuatro factores que inciden para que las empresas no utilicen los servicios de correctores (o redactores o editores, pero esas diferencias serán tema de otro post):

 

  • Desconocimiento

Hay muchas compañías que no saben que hay personas que pueden hacerles la vida más fácil (y verse más profesionales) al momento de escribir una memoria corporativa, un reporte de sustentabilidad, modificar el sitio web o supervisar los contenidos de un libro que recoge la historia de la institución.

 

  • Se piensa que es un servicio caro

Y no lo es. Los costos son por palabras, caracteres o proyectos generales. Por ejemplo, mejorar los textos de una web simple puede salir menos de $200.000.

 

  • Es difícil encontrar correctores

Esto no es tan mentira. Son pocas las universidades que preparan para ser corrector de textos y, por alguna razón que desconozco, mis colegas no están  especialmente interesados en difundir su trabajo por las redes sociales (al menos en Chile).

 

  • Con «solo escribir bien» se puede ser corrector

El utilizar a un corrector de textos profesional aporta estándares de calidad y éticos, así como fomenta la capacidad crítica a través del conocimiento en áreas como edición general y digital, anatomía del libro o diseño editorial. Un experto debiera ofrecer soluciones creativas, efectivas y eficientes para empresas que necesitan el servicio. No solo es saberse las reglas gramaticales, también hay que homologar y mirar más allá para percibir incongruencias, repetición de ideas o rastros de racismo, clasismo, machismo, xenofobia o cualquier forma de intolerancia.

 

¿Alguna duda? Espero que muchas.

Jaime Troncoso

Corrector | Redactor | Editor | Guionista | Periodista

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Jaime Troncoso Ubilla

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